sábado, agosto 23, 2008

corazón al fin, soy uno roto

domingo, agosto 17, 2008

cuando lo vio por primera vez lo vio para toda la vida, y se dio cuenta de que él no estaba/era/existía feliz. ella pasó a su lado, ambos estaban separados por el ruido de la ciudad y una ventana sucia. él no la percibió, se sentía cansado, no sabía si había perdido las esperanzas, estaba a punto de perderlas o era cuestión de que pasara un poco más de tiempo y todo perdiera -ganara- su significado. en una visión a futuro, /no digas hoy, que este día no puede conjugarse con "todo se ha perdido"/ el asunto sobre si la expectativa con confianza era inclemente o no, -lo que sea que eso significara- perdía total relevancia en comparación con el mundo, putísimo mundo, y su también relevancia (si la tenía). fue freno de la indignación todo ese discurso calculador la lágrima reivindicadora que apareció sobre la mano de ella. después (¿después?) parecía inútil. parecía inútil. pa-re-cía i-nú-til fue el slogan que compré tiempo después, para uso personal.